En todas las viviendas y locales de edificios públicos se pierde energía a través de los diferentes elementos que componen la envolvente del edificio. Ésta energía que se pierde no la vemos y no somos conscientes del despilfarro energético que se está produciendo.
Lo cual se traduce en un mayor importe de las facturas de gas y electricidad.
Esta energía invisible que se pierde en una edificación puede salir de la siguiente forma:
- Tejados: 30%
- Muros exteriores: 25%
- Ventanas y puertas: 13%
- Suelos: 7%
- Renovación de aire: 20%
- Puente Térmico: 5%
Este importante gasto energético y económico se puede controlar con un correcto aislamiento térmico de la vivienda/local mediante trabajos de rehabilitación energético y en ello, el aislamiento térmico insuflado es el método idóneo para las viviendas y edificios públicos en uso, ya que mediante el mismo y en un proceso limpio y sin obras se puede conseguir aislar toda las partes de la vivienda.
Consiguiendo eliminar las pérdidas energéticas mediante aislamiento, podemos reducir la entrada de calor en verano y las pérdidas del calor interior en invierno, pudiendo reducir los gastos de energía para enfriar o calentar las viviendas y disminuyendo el importe de las facturas de energía.